Aunque el artista pretende realizar una metáfora de la cruda realidad social del país, bajo la frase ¨Comer mierda¨   la propuesta no deja de ser una manifestación absurda y extravagante con elementos ridículos en su articulación.  Una acción vulgar que roza lo obsceno, antepuesta a las normas sociales y culturales de la civilización moderna, que ha tendido a privatizar históricamente las deposiciones corporales.  Algunas de los espectadores después de la puesta de escena, salieron asqueados y molestos, e hicieron pública su inconformidad por obligarlos a evidenciar el acto.

La obra de Pertuz nos imbuye en la concepción más personal y repulsiva de lo humano, lo absurdo que se puede rastrear en su obra, las acciones carentes de sentido, lo que no somos capaces de comprender, la categoría estética de la obra que deforma la realidad acentuando aspectos ridículos y extravagantes de la situación misma.

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